*Dios está trabajando*
Juan 17.15 - No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno.
Hablaba con una vendedora de papas asadas en el casco de Río Piedras, Puerto Rico. Con un ademán derrotista me decía que estaba a punto de renunciar.
¿Renunciar a qué? Le pregunté... !A todo! Me respondió dejándome ver su profunda tristeza. Entonces como enviada del cielo le regalé una tablita que decía: NO TE RINDAS.
Cuando comencé a estudiar la Biblia un día me topé con el versículo antes mencionado. Hasta ese momento no me había percatado que Jesús también había orado por nosotros. Sé que oró para que sus enemigos fueran perdonados y que oró por sus discípulos. Pero que orara por mí, para que permaneciera firme en la fe fue una agradable sorpresa.
En Lucas 22.32, dice que Jesús oró por Simón Pedro: «He orado por ti, que no falle tu fe».
Jesucristo, nuestro abogado, ora para que tomemos decisiones sabias. No sólo murió por nosotros de manera que nuestros pecados fueran perdonados; también oró por que podamos resistir las tentaciones del enemigo, el mundo y nuestra carne.
Cuando somos azotados por las tempestades de la vida tenemos que confiar que Dios está en control. Los seguidores de Cristo somos verdaderamente bendecidos por su intersección al Padre. De eso no puede haber duda en nuestros corazones.
El hecho de que mi fe está puesta en Cristo, y solo en él, me da esa seguridad indispensable de poder vivir en plenitud de paz. No importan las circunstancias, no importan las traiciones y los muchos desvelos, su promesa es clara y firme: estar conmigo «todos los días hasta el fin del mundo» - Mateo 28.20.
Dios está trabajando aún en la oscuridad de nuestros tiempos.
Por Serafín Alarcón