Perdura para siempre
Dios prueba mi corazón, me visita y de madrugada me revela lo que está mal en mi. A su Consejo no me rehusó y en su Palabra confío de día y de noche.
Por eso hoy he resuelto que mi boca no me sea tropiezo ni la carne excusa para caer de continuo. Las obras humanas no son más que vanidad; pero lo que viene del Señor es perfecto y perdura para SIEMPRE.